Cuando el narcisismo se torna patológico - Lic. Erika Perez

22.07.2012 16:22

El concepto de narcisismo es considerado como uno de los más importantes y controvertidos en psicoanálisis. 

 
    Su historia está signada desde su nacimiento por la insatisfacción de Freud acerca de su elaboración teórica y por las dificultades que halló luego en la clínica para precisarlo más adecuadamente.
 
    Desde el punto de vista clínico, el trastorno narcisista de la personalidad, se ha impuesto en los últimos tiempos como una patología que exige un diagnóstico diferencial de los trastornos de personalidad. A partir de 1980 la personalidad narcisista ingresó en el diagnóstico psiquiátrico.

 

 Según el manual de enfermedades mentales cinco de los siguientes nueve rasgos son los indispensables para formular el diagnóstico de personalidad narcisística:

  1. Tiene tendencia a aprovecharse de los otros para sus propios intereses o metas.
  2. Experimenta un grandioso sentido de autoimportancia (por ej. exagera logros, capacidades, espera ser reconocido como superior, sin logros proporcionados a sus pretensiones)
  3. Se siente único o especial y que sólo puede ser comprendido por ciertas personas (o instituciones) que son de alto status.
  4. Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza y amor imaginarios.
  5. Exige una atención o admiración excesiva.
  6. Es pretencioso (por ej. tiene expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus deseos).
  7. Carece de empatía (es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás)
  8. Frecuentemente envidia a los demás y cree que los demás lo envidian a él. 
  9. Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbias. Reacciona a las críticas con rabia, vergüenza o humillación.

    Los sujetos con este trastorno asumen con alegría el que los otros otorguen un valor exagerado a sus actos y se sorprenden cuando no reciben las alabanzas que esperan. 

    Las críticas pueden obsesionar a estos sujetos y hacer que se sientan humillados, degradados, hundidos y vacíos. Estas experiencias pueden conducir al retraimiento social. 

    Es habitual que no consigan darse cuenta de que los demás tienen sentimientos y necesidades. En todo caso, cuando los reconocen, es probable que los vean con menosprecio, como signos de debilidad. 

    Quienes se relacionan con sujetos con trastorno narcisista es típico que lleguen a una frialdad emocional como también a una falta de interés recíproco.

    Un adecuado sentimiento de amor propio y del propio valor, permitiría al individuo renunciar a sus motivos narcisistas patológicos, en la organización de su conducta y de sus relaciones, donde el equilibrio estuviera dado por una adecuada proporción entre la dedicación orientada hacia los otros y la destinada a si mismo.

         

  •             Lic. Erika Perez

                            M.N. 38.401

 
Volver

Buscar en el sitio

© 2011 Todos los derechos reservados.